Países latinoamericanos buscan fortalecer sus sistemas de protección social frente al riesgo de desastres naturales

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Puesto que los países latinoamericanos están sobrexpuestos a la ocurrencia de desastres naturales, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social del Perú, el Banco Mundial y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) organizaron el Primer Foro Latinoamericano y del Caribe de Sistemas de Protección Social en la Gestión de Riesgo de Desastres.

El objetivo del evento fue compartir prácticas y lecciones aprendidas sobre los mecanismos de protección social adaptativos con miras a la innovación de herramientas de gestión en beneficio de las poblaciones más pobres y vulnerables frente al riesgo de desastres.

La ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Paola Bustamante; el director del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador y Perú, Alberto Rodríguez; y la Representante del PMA en Perú, Tania Goossens, inauguraron el Foro que se efectúa los días 25 y 26 de abril en Lima.

Por su parte, la ministra Bustamante resaltó la importancia de fortalecer la protección social de nuestros países para incrementar la resilencia frente a los desastres naturales y que además se analiza implementar una estrategia de Gestión Adaptativa de Desastres para las personas que no son pobres pero que ante un fenómeno de la naturaleza pueden caer en una situación de pobreza.

“Este evento nos va a permitir avanzar en conocer lo bueno y lo malo que se ha hecho de tal manera de aprender de lo mejor y construir una propuesta para que se implemente en nuestro país”, dijo.

A su turno, Tania Goossens, indicó que los sistemas avanzados de protección social existente en la región ofrecen una oportunidad única para responder desastres y fomentar la resilencia en las comunidades efectadas.

Alberto Rodríguez del Banco Mundial comentó que nuestro continente está expuesto a los desastres naturales y lo vemos año a año. “Solo por ejemplo en el 2017 en hechos que sucedieron en el Perú, Dominica y México, el impacto de estos desastres llegó a tener 100 muertos y 12 mil millones de dólares en pérdidas”, dijo.

Agregó que, en ese sentido, eventos como este Foro, que se comparten experiencias de cómo tratar y responder efectiva y oportuna a estos desastres es de importancia.

                Evento internacional

Las autoridades y expertos de 26 países de Latinoamérica y el Caribe, junto a especialistas de las instituciones participantes, se centraron en el análisis de sistemas de protección social adaptativos que tienen el objetivo de minimizar los impactos de los desastres en segmentos vulnerables.

En los últimos 15 años, América Latina y el Caribe han logrado avances considerables en la reducción de la pobreza y el aumento de la clase media. Sin embargo, ante un choque climático o geofísico, la pobreza transitoria puede aumentar significativamente dado que los hogares utilizan estrategias para mitigar los impactos del desastre tales como la reducción del gasto o la venta de activos familiares y productivos.

En 2017, por ejemplo, el huracán María azotó a Dominica causando daños y pérdidas que ascendieron al 226% de su PIB (US$ 1.300 millones), dejando aproximadamente 27 muertos y al menos 60 personas desaparecidas, y dañando el 90% de las viviendas del país. En el mismo año, Perú experimentó uno de los mayores desastres en los últimos 20 años: El Niño Costero. Este fenómeno tuvo efectos económicos y sociales muy importantes: 114 personas fallecidas, más de 200.000 damnificados, más de un millón de personas afectadas y un costo de reconstrucción de aproximadamente US$ 8.000 millones.

También en esa gestión, México soportó dos tormentas tropicales, tres huracanes y dos terremotos de gran magnitud en un período de dos meses. Estos eventos resultaron en más de 471 muertes, afectaron a más de 12 millones de personas y causaron daños y pérdidas por aproximadamente US$ 2.500 millones. En América Central, un aumento de la intensidad de los huracanes puede causar pérdidas entre 0,9% y 1,6% del PIB.  

La región tiene una tradición en el establecimiento de sistemas de protección social no contributivos focalizados en la población pobre y vulnerable. Esto representa una oportunidad única para utilizar los programas y sistemas de protección social como vehículos para incrementar la resiliencia de los hogares más pobres y vulnerables, minimizando de esta manera los impactos negativos de los desastres y el cambio climático. El Banco Mundial y otros organismos internacionales están brindando asistencia técnica para establecer sistemas de protección social flexibles en varios países latinoamericanos y del Caribe.

Asimismo, desde 2015, la estrategia regional del PMA apunta a fortalecer los sistemas nacionales de protección social y fomentar una protección social que sea más reactiva ante desastres, que sea productiva y adaptativa, y que sea sensible a la nutrición.

El Gobierno peruano, a través del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, se encuentra trabajando para ser uno de los pioneros en adecuar sus sistemas de protección social incorporando la gestión de riesgo de desastres en favor de las poblaciones más vulnerables del país.