Ejemplo: El secreto de las cero muertes por coronavirus en Mongolia y Vietnam

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A pesar de haber registrado casos de COVID-19, el epidemiólogo del Centro Nacional de Salud Pública del país, Davaadorj Rendoo, explica cómo ninguno ha fallecido. Las claves de su éxito se basan en unas estrictas medidas de confinamiento, así como en una gran previsión al principio de la pandemia.

Mongolia comparte con China la frontera terrestre más larga del mundo, pero su respuesta temprana y muy centralizada a la pandemia de coronavirus (COVID-19) ha sido tan efectiva que ni una sola persona ha muerto en este país sin litoral. El antiguo coronel del ejército convertido en funcionario de salud pública Davaadorj Rendoo, explica cómo Mongolia decretó su extenso régimen de cuarentena y cómo realizaron las pruebas de diagnóstico bajo el estado de emergencia.

Empezamos a oír hablar de la propagación del nuevo virus en China en la víspera de Año Nuevo. El 10 de enero, emitimos nuestro primer aviso público en el que dijimos a todos los habitantes de Mongolia que usaran mascarilla. 

Lo que pasa es que, en realidad, no tenemos un gran sistema público de salud y por eso nuestros líderes le tenían tanto miedo a la COVID-19. No tenemos muchos respiradores, por ejemplo. Si ocurría la transmisión comunitaria incluso solo una vez, temíamos que fuera un desastre para nosotros. Lo que estaba en la cabeza de todos era estar preparados antes de la propagación. Otra razón por la que teníamos tanta necesidad de proteger a la comunidad es porque contamos con la frontera terrestre más larga del mundo con China, 4.600 kilómetros, así como un continuo flujo humano relacionado con la educación y los negocios desde China a Mongolia.

Mongolia es un país grande con una población escasa, alrededor de 3,2 millones de personas. Como nuestro clima es muy duro, seco y frío, todos los años, de noviembre a febrero, sufrimos una temporada terrible de gripe, y el Ministerio de Sanidad siempre recomienda a las personas mantener una buena higiene y lavarse las manos, especialmente a los niños pequeños. Por eso, muchas de nuestras sugerencias no eran nuevas. 

En enero empezamos a realizar pruebas de diagnóstico. Incluso comenzamos a analizar aleatoriamente a los pacientes con neumonía para detectar la COVID-19, pero no encontramos ni un solo paciente. Obtuvimos la mayoría de nuestros kits de pruebas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluidos los test rápidos, y conseguimos escalarlo con bastante rapidez.  

En febrero, iniciamos el retorno a casa de los mongoles que vivían en el extranjero y los sometimos a las pruebas de diagnóstico. 

No detectamos ni un solo caso local hasta el 9 de marzo. Se descubrió que un ciudadano francés que trabajaba en la provincia sureña de Dornogovi tenía el coronavirus. Desde ese día, el Ministerio de Sanidad ha estado informando diariamente sobre la situación para comunicar cuántos casos se habían importado y cuáles eran las áreas de alto riesgo. Después de conocer ese primer caso, la gente se volvió aún más obediente con nuestras instrucciones. Pero estábamos muy preparados para este caso. Realmente tuvimos suficiente tiempo para prepararnos. 

Con ese ciudadano francés, realizamos un rastreo de contactos muy extenso e identificamos a 120 personas que habían tenido algún contacto con él. Esta no era la primera vez que hacíamos un rastreo de contactos, eso había sido parte de la misión del Centro Nacional de Enfermedades Transmisibles desde sus inicios. Lo solemos llevar a cabo para todo tipo de enfermedades, incluidas las de transmisión sexual.

También abrimos una línea directa especializada sobre COVID-19 las 24 horas. La gente recibía todo tipo de bulos desde las redes sociales. Uno de los más famosos era que, debido a que los mongoles comen de manera muy saludable y mantienen un estilo de vida nómada tradicional, no contraeríamos el virus y que teníamos una «inmunidad natural». Otro gran bulo era que, con el clima tan frío y seco, el virus no sobrevivía aquí, sino solo en los ambientes cálidos y húmedos. Hoy en día, incluso la mayoría de los pastores y los pueblos nómadas tienen televisión por satélite con energía solar, por lo que aún pueden acceder a la información. 

Un efecto secundario de este confinamiento ha sido la importante reducción de los casos de gripe estacional, neumonía (un problema muy grave cada año) y enfermedades digestivas y transmitidas por los alimentos. 

Todavía estamos preocupados, pero nuestros ciudadanos lo están menos. Ahora es verano; el tiempo está mejorando. La gente se va de picnic, monta a caballo. Hemos establecido muchos controles de temperatura en lugares recreativos en los campos. Casi todos los espacios públicos, desde los centros comerciales hasta las farmacias, todavía requieren el uso de mascarillas. Pero nos damos cuenta de que en las zonas rurales no es posible llevar mascarilla todos los días.

RESPUESTA EXITOSA DE VIETNAM A LA COVID-19

A pesar de una nueva ola que comenzó el 25 de julio, a la cual Vietnam también está ahora en el proceso de poner bajo control efectivo, es reconocido mundialmente que Vietnam demostró una de las respuestas más exitosas del mundo a la pandemia de COVID-19 entre enero y abril 2020. Después de esa fecha, no se registraron casos de transmisión local durante 99 días consecutivos.

Hubo menos de 400 casos de infección en todo el país durante ese período, la mayoría de ellos importados, y cero muertes, lo cual constituye un notable logro, considerando que la población del país es de 96 millones de personas y el hecho de que comparte una frontera terrestre de 1.450 km con China.

El presidente de la Cámara de Comercio China-América Latina-Biolatin, empresario Jorge Luis Cuyubamba Domínguez, estuvo en el consulado de Vietnam donde aprecio el control de la pandemia en dicho país.  

La planificación a largo plazo vale la pena

El éxito de Vietnam ha atraído la atención internacional debido a su respuesta temprana, proactiva, dirigida por el gobierno y que involucra a todo el sistema político y todos los aspectos de la sociedad. Con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros asociados, Vietnam ya había puesto en marcha un plan a largo plazo para poder hacer frente a las emergencias de salud pública, basándose en su experiencia en el tratamiento de brotes de enfermedades anteriores, como el SARS, que también manejó notablemente bien.

Por lo tanto, la gestión exitosa de Viet Nam del brote de la COVID-19 hasta ahora puede atribuirse, al menos en parte, a su inversión durante «tiempos de paz». El país ha demostrado ahora que la preparación para hacer frente a las enfermedades infecciosas es un ingrediente clave para proteger a las personas y asegurar la salud pública en tiempos de pandemias como la COVID-19.

Ya en enero de 2020, Vietnam realizó su primera evaluación de riesgos, inmediatamente después de la identificación de un grupo de casos de «neumonía grave de etiología desconocida» en Wuhan, China. Desde el momento en que se confirmaron los dos primeros casos de COVID-19 en Vietnam (en la segunda quincena de enero de 2020), el gobierno comenzó a aplicar medidas de precaución reforzando las medidas de detección de entrada y extendiendo el feriado escolar que corresponde al Tết (Año Nuevo Lunar).

Para el 13 de febrero de 2020, el número de casos había aumentado a 16 con transmisión local limitada detectada en un pueblo cerca de la ciudad capital, Hanoi. Como esto tenía el potencial de causar una mayor propagación del virus en Viet Nam, el país implementó una cuarentena selectiva de tres semanas en toda la aldea, que afectó a 11.000 personas. Luego no hubo más casos locales durante tres semanas.

Pero Viet Nam había desarrollado simultáneamente su política más amplia de cuarentena y aislamiento para controlar la COVID-19. Cuando comenzó la siguiente ola a principios de marzo, a través de un caso importado del Reino Unido, el gobierno sabía que era crucial contener la transmisión del virus lo más rápido posible, para también salvaguardar su economía.

Por consiguiente, Viet Nam cerró sus fronteras y suspendió los vuelos internacionales desde China continental en febrero, extendiendo esto a Reino Unido, Europa, Estados Unidos, y luego al resto del mundo progresivamente en marzo, al tiempo que requiere que todos los viajeros que ingresen al país, incluidos sus nacionales, se sometan a Cuarentena obligatoria de 14 días a la llegada.

Esto ayudó a las autoridades a realizar un seguimiento de los casos importados de COVID-19 y evitar una mayor transmisión local, la cual podría haber llevado a una transmisión comunitaria más amplia. Tanto el ejército como los gobiernos locales se movilizaron para proporcionar pruebas, comidas y servicios de esparcimiento a todas las instalaciones de cuarentena que permanecieron libres durante este período.

No se requiere confinamiento

Si bien nunca hubo un confinamiento a nivel nacional, se implementaron algunas medidas restrictivas de distanciamiento físico en todo el país. El 1 de abril de 2020, el Primer Ministro emitió una directiva nacional de distanciamiento físico de dos semanas, que se extendió por una semana en las principales ciudades y puntos de acceso: se recomendó a las personas que se quedaran en casa, se solicitó el cierre de las empresas no esenciales y se limitó el transporte público.

Tales medidas tuvieron tanto éxito que, a principios de mayo, después de dos semanas sin un caso confirmado localmente, las escuelas y las empresas reanudaron sus operaciones y la gente pudo volver a sus rutinas normales. Green One UN House, el hogar de la mayoría de las entidades de la ONU en Vietnam, permaneció abierta durante este período, con el Coordinador Residente,   el Representante de la OMS y aproximadamente 200 funcionarios y consultores de la ONU físicamente en la oficina durante este período, para brindar un apoyo vital al gobierno y al pueblo de Vietnam.

En particular, el público vietnamita había cumplido excepcionalmente con las directivas y los consejos del gobierno, en parte como resultado de la confianza acumulada gracias a la comunicación transparente y en tiempo real del Ministerio de Salud, con el apoyo de la OMS y otras agencias de la ONU.

Se utilizaron métodos innovadores para mantener al público informado y seguro. Por ejemplo, el Ministerio de Salud envió actualizaciones periódicas de texto sobre las medidas preventivas y los síntomas de la COVID-19. Se lanzó una canción sobre la COVID-19, que con su letra aumenta la conciencia pública sobre la enfermedad; y luego la canción se volvió viral en las redes sociales gracias a un desafío de baile en Tik Tok iniciado por Quang Dang, una celebridad local.

Protegiendo a los vulnerables

Aun así, persisten los desafíos para garantizar que las personas en todo el país, especialmente las personas más afectadas, las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) y los grupos pobres y vulnerables, estén bien atendidas por un paquete de protección social dotado con los recursos necesarios y debidamente implementado.

La ONU en Vietnam está dispuesta a ayudar al gobierno a apoyar a las PYME basadas en tecnologías limpias, con la cooperación de las instituciones financieras internacionales, que deberán hacer las cosas de manera diferente a cómo las han hecho en el pasado y adoptar una perspectiva de crecimiento nueva, más inclusiva y sostenible.

Desafíos pendientes

Mientras escribo, Vietnam se encuentra en un punto crítico con respecto a la COVID-19. El 25 de julio, 99 días después de estar libre de COVID en términos de transmisión local, se confirmó un nuevo caso en Da Nang, un conocido destino turístico; cientos de miles de personas acudieron en masa a la ciudad y la región circundante durante el verano.

El gobierno está demostrando una vez más su serio compromiso a favor de contener la transmisión local del virus. Si bien ha habido unos cientos de nuevos casos de transmisión local y 35 muertes, todas centradas en un hospital importante en Danang (lamentablemente, todas las muertes fueron de personas con múltiples condiciones previas); se está llevando a cabo el rastreo de contactos agresivo, el manejo proactivo de casos, amplias medidas de cuarentena y amplias actividades de comunicación pública. 

Mongolia es el único pais en el mundo que no se registro ninguna muerte por el COVID-19.
Hasta el 18 de octubre del 2020, Vietnam registro 35 personas fallecidos. Este país cuenta con una población de 96 millones de personas, 3 veces más que Perú.
El peruano que reside en China, empresario Jorge Luis Cuyubamba Domínguez, presidente de la Cámara de Comercio China-América Latina-Biolatín, recientemente estuvo por el Consulado de Vietnam.
Viet Nam con el apoyo de OMS vienen desarrollando sus actividades en forma normal, siempre protegiéndose con las mascarillas y el distanciamiento social.