16 de octubre (UPI) — Luego de 10 horas de debate, Uruguay legalizó la eutanasia luego de que el Senado aprobara el proyecto de ley de muerte digna. El país dio su primer paso hacia la legalización cuando la Cámara de Representantes aprobó la medida en agosto.
La nueva ley reconoce y regula el “derecho a vivir dignamente el proceso de morir” y, para ello, despenaliza la eutanasia en condiciones estrictas mediante un procedimiento reglado, cinco años después de la presentación del proyecto de ley.
Con la aprobación del miércoles, Uruguay se convierte en el primer país de América Latina en legalizar la eutanasia a través de una legislación parlamentaria. En la región, sólo Colombia y Ecuador permiten la práctica con base en sentencias judiciales, pero sin leyes específicas.
El proyecto de ley fue aprobado en el Senado por 20 votos a favor y 11 en contra, con el apoyo del partido gobernante Frente Amplio, el Partido Colorado y la senadora del Partido Nacional Graciela Bianchi.
Durante el proceso legislativo, la Iglesia Católica y grupos provida plantearon objeciones. El cardenal Daniel Sturla criticó la ley, diciendo que “tener los votos no significa que sea correcta” e instó a la sociedad a no normalizar una práctica que, según él, socava la protección de la vida.
Organizaciones políticas y familiares de pacientes calificaron la decisión como un “día histórico” para el país. La presidenta del Senado, Carolina Cosse, celebró la aprobación y dijo que la ley “afirma la dignidad humana y la libertad de decidir sobre el final de la vida”.
La ley aprobada establece que se aplica a “los ciudadanos uruguayos por nacimiento o naturalización y los extranjeros residentes que acrediten fehacientemente su residencia habitual” en el país.
Añade que la eutanasia puede ser solicitada por adultos mentalmente competentes y que padezcan enfermedades incurables o irreversibles que les causen un sufrimiento insoportable.
La solicitud deberá presentarse por escrito al médico tratante, quien evaluará el caso junto con otro profesional médico independiente. Si ambos están de acuerdo, el paciente puede confirmar la decisión frente a dos testigos y elegir el momento y lugar del procedimiento.
La ley también exige que todos los proveedores del NHS garanticen el acceso al servicio, reconociendo al mismo tiempo la objeción de conciencia individual de los profesionales sanitarios. Se excluyen los menores de edad y no se incluye el suicidio asistido.
Aclara además que cuando la muerte ocurre como resultado de un procedimiento legal de eutanasia, el certificado de defunción deberá expresar la causa subyacente y además señalar que la eutanasia fue la causa final, la cual será considerada muerte natural para todos los efectos legales.











