Se ve ropa desechada en un basurero en el desierto de Atacama, en Iquique, Chile, en abril de 2024. Foto de archivo de Ailen Diaz/EPA
SANTIAGO, Chile, 30 de octubre (UPI) — Chile ha lanzado un esfuerzo para reducir los desechos textiles que ha llevado a la creación de unos 4.000 vertederos ilegales en todo el país, muchos de ellos en el desierto de Atacama.
A través de la Estrategia de Economía Circular Textil 2040, el Ministerio de Medio Ambiente ha perfilado 49 acciones específicas para eliminar los vertederos de ropa, reducir un 30% el consumo excesivo de textiles, aumentar un 50% la valorización de residuos y promover iniciativas de economía circular.
Durante el lanzamiento de la iniciativa, el subsecretario de Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, dijo que la estrategia llama a los chilenos a ir más allá de una mentalidad de “usar y desechar” y adoptar un modelo que mantenga los materiales en circulación el mayor tiempo posible, reduciendo el impacto ambiental y creando nuevas oportunidades para las personas.
Según el Ministerio del Medio Ambiente, Chile es el cuarto importador de productos textiles usados en el mundo y el más grande de América Latina. En 2022, el país importó 131.000 toneladas de productos textiles usados, de los cuales alrededor del 70% -unas 92.000 toneladas- terminaron en vertederos, minivertederos o vertederos ilegales.
Varios de los vertederos de prendas de vestir más grandes se encuentran en la región de Tarapacá en el norte de Chile, principalmente cerca de la ciudad portuaria de Iquique, que opera una zona libre de impuestos que ofrece incentivos fiscales para estas importaciones.
Reinalina Chavarri, directora del Observatorio de Sostenibilidad de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, dijo a UPI que casi el 70 por ciento de la ropa postconsumo en Chile es donada o desechada.
“Gran parte termina en lugares como el desierto. Sólo alrededor del 1% se recicla”, afirmó.
Añadió que si bien no hay estadísticas oficiales sobre el número de tiraderos de ropa en el desierto de Atacama, se ha identificado un sitio que cubre al menos 741 acres, aproximadamente el tamaño de 300 campos de fútbol.
El Ministerio de Medio Ambiente de Chile informó a UPI que está realizando un estudio para analizar en profundidad la disposición de ropa usada en la región de Tarapacá, con el objetivo de proponer medidas de prevención y mitigación para apoyar un manejo más sustentable de estos residuos.
Para el experto en residuos Iván Franchi, profesor de ingeniería ambiental de la Universidad Andrés Bello, el daño causado al desierto es multidimensional: ambiental, de salud pública, territorial y simbólico.
“Las imágenes del desierto convertido en vertedero han circulado por todo el mundo y están erosionando la imagen de un país que busca liderar el camino en políticas de economía circular. Es una profunda herida reputacional. Ningún modelo económico sostenible puede coexistir con vertederos visibles desde el espacio”, afirmó.
En los últimos 20 años, las compras de ropa en Chile han aumentado un 233%, alcanzando niveles similares a los de Estados Unidos, con un promedio de 53 prendas por persona cada año.
“El consumo de ropa en Chile ha aumentado de 15 a 50 prendas por año y el valor de los residuos es mínimo, lo que muestra la necesidad de regulaciones específicas para prevenir el desperdicio, fomentar la reutilización y el reciclaje y promover un sector textil más sostenible”, dijo a UPI el Ministerio de Medio Ambiente de Chile.
Frankie dijo que el problema que enfrenta el país no puede resolverse sólo mediante regulación, sino que también debe abordarse desde una perspectiva cultural.
“La estrategia del Ministerio de Medio Ambiente es una respuesta necesaria, pero aborda un problema que va más allá de la regulación: requiere un cambio cultural, un cuestionamiento de la forma en que producimos, compramos y eliminamos. Si no reformamos esta forma de vida, cualquier legislación será una solución temporal, no una solución estructural”, afirmó.











