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La escasez de hoteles y los altos precios amenazan la asistencia a la cumbre climática COP30

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La escasez de hoteles y los altos precios amenazan la asistencia a la cumbre climática COP30

El vicepresidente brasileño, Geraldo Alckmin (centro), habla durante la sesión inaugural de la reunión previa a la COP30 en el Centro Internacional de Convenciones de Brasilia, Brasil, el 13 de octubre. Foto de Andre Borges/EPA

20 de octubre (UPI) — Un mes antes de la cumbre climática de la ONU en Belem, Brasil, los organizadores enfrentan una grave escasez de viviendas. La ciudad amazónica, que servirá temporalmente como capital de la nación durante el evento, no cuenta con salas suficientes para los miles de visitantes esperados, lo que amenaza la participación de muchas delegaciones.

En medio de una COP30 ya marcada por tensiones sobre el financiamiento climático y los compromisos para reducir las emisiones de carbono, ha surgido una nueva complicación: los precios de los hoteles se han disparado, lo que ha obligado al gobierno brasileño a organizar cruceros y alojamiento improvisado para satisfacer la demanda.

La situación corre el riesgo de convertir a la COP30 en una de las menos inclusivas de la historia, ya que muchos grupos, incluidas naciones pequeñas, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación, pueden no tener los medios para participar en una de las reuniones climáticas más importantes del año.

La 30ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, o COP30, reunirá a casi 200 países y decenas de organizaciones para negociar acciones para abordar la crisis climática.

La cumbre tendrá lugar en el corazón de la Amazonía brasileña del 10 al 21 de noviembre y tiene como objetivo fijar nuevos compromisos de reducción de emisiones y financiación climática para 2035 en el marco del Acuerdo de París.

Será la primera vez que la conferencia se celebre en la selva amazónica, un área vital para regular el clima global.

El Gobierno brasileño se ha comprometido a que ninguna delegación se quedará sin alojamiento y ha puesto en marcha una plataforma oficial para coordinar reservas en hoteles, residencias privadas y barcos convertidos en hoteles flotantes.

Pero los grupos ambientalistas y los medios locales dicen que los precios siguen siendo inasequibles para muchos concesionarios y que la supervisión es insuficiente para evitar la especulación. En algunos casos, las tarifas se han multiplicado por diez en comparación con años anteriores, incluso para alojamientos modestos.

La falta de infraestructura turística en Belém también crea desafíos logísticos adicionales, incluido el transporte limitado, servicios básicos sobrecargados y retrasos en proyectos clave, como la llamada “Villa de Líderes”, donde se alojarán los jefes de Estado.

Las expectativas diplomáticas para la COP30 son particularmente altas, ya que la cumbre marcará el inicio de una nueva ronda de compromisos climáticos. Los países deben presentar propuestas actualizadas con objetivos que se extiendan hasta 2035.

Sin embargo, el proceso es lento y carece de ambición. Varias economías importantes -incluidas China, India y algunos miembros del G20- aún no han presentado borradores de planes o han dicho que tienen la intención de mantener objetivos similares a los establecidos en 2020, con pocos ajustes.

Una reunión ministerial preparatoria para la COP30, celebrada en Brasilia la semana pasada, reunió a representantes de más de 70 países para coordinar posiciones y sentar las bases para la cumbre.

Durante las reuniones, los ministros acordaron que la conferencia debería centrarse en la implementación efectiva del Acuerdo de París y no en emitir nuevas declaraciones políticas.

Sin embargo, la reunión reveló divisiones persistentes sobre temas clave, particularmente el financiamiento climático. El borrador de la llamada “Hoja de Ruta Bakú-Belem”, que exige la movilización de 1,3 billones de dólares anuales hasta 2035, generó críticas por su falta de detalles y mecanismos verificables.

También hubo desacuerdo sobre los indicadores para medir el progreso en materia de adaptación y el nivel de ambición de las nuevas metas nacionales. La reunión mantuvo abierto el diálogo, pero varias cuestiones clave siguen sin resolverse y serán objeto de negociaciones directas en Belem bajo una fuerte presión diplomática.

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