Según un informe especial de Reuters que parece más un thriller geopolítico que una noticia, los científicos de una instalación china ultrasecreta han “creado lo que Washington ha estado tratando de evitar durante años”.
Reuters informó que los científicos de un “laboratorio de alta seguridad de Shenzhen” han desarrollado un prototipo funcional de equipo especial utilizado para fabricar chips semiconductores para armas, teléfonos inteligentes y, fundamentalmente, tecnología de inteligencia artificial.
Con la ayuda de ingenieros contratados de ASML, una destacada empresa holandesa de semiconductores con un “estrecho monopolio” sobre la tecnología en cuestión, los científicos chinos supuestamente “realizaron ingeniería inversa” en las máquinas de litografía ultravioleta de la empresa, o EUV.
El acuerdo ha sido descrito como el “Proyecto Manhattan” de China, una ominosa referencia a los esfuerzos finalmente exitosos de Estados Unidos para desarrollar armas nucleares antes de que las potencias del Eje lo hicieran durante la Segunda Guerra Mundial.
La guerra impulsó la carrera armamentista que dio forma al mundo posterior, como han detallado los historiadores del Departamento de Estado. En agosto, The New York Times dijo que el momento original “ha sido el principal impulsor del dominio económico y la prosperidad de Estados Unidos durante ocho décadas”.
Los chips son sólo una parte (aunque vital) de una infraestructura de IA en rápida evolución, en la que los centros de datos que consumen muchos recursos sirven como otro soporte crítico. En este frente, Estados Unidos ha luchado intensamente para integrar estos dispositivos electrónicos en su red eléctrica.
En enero, la nueva administración cumplió las promesas hechas a los cabilderos y detuvo abruptamente todos los proyectos de energía limpia, incluso aquellos que estaban a punto de completarse. Hasta 2025, se espera que los costos de energía en Estados Unidos aumenten un 13%, debido en gran parte a la demanda de los centros de datos.
Si bien el cambio de política se ha visto principalmente desde una perspectiva ambiental, la energía solar a gran escala es innegablemente más barata que la electricidad generada con combustibles fósiles.
En septiembre, The Wall Street Journal advirtió que Estados Unidos podría brindarle a China importantes ventajas económicas, citando la inteligencia artificial y la demanda de energía como factores clave. Economistas y ambientalistas se hicieron eco de la advertencia a medida que China supera a Estados Unidos en la medición de energía nueva y limpia.
Como explicó el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en septiembre, Estados Unidos ha aprovechado los obstáculos de China en la fabricación de chips para mantener el dominio tecnológico.
Una persona que habló con Reuters bajo condición de anonimato sugirió que el desarrollo anticipado podría cambiar la situación.
“El objetivo es que China eventualmente pueda construir chips avanzados en máquinas que se fabriquen completamente en China. China quiere que Estados Unidos salga al 100% de su cadena de suministro”.
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