La mina El Teniente de Chile es la mina subterránea más grande del mundo y un importante proveedor de cobre. Foto de archivo de Mario Ruiz
6 de octubre (UPI) – Chile y Perú anunciaron el lanzamiento del “Proyecto 51”, una alianza destinada a permitir que los dos países proporcionaran el 51% del cobre mundial dentro de los 15 años en medio de la constante demanda de demanda mineral.
El plan también busca promover la industrialización del cobre y construir una cadena de valor capaz de proporcionar industrias de alta tecnología, incluida la NASA.
El objetivo principal del acuerdo es pasar de la exportación de condensas y capturas de cobre para proporcionar productos y servicios terminados agregados para compras como vehículos eléctricos, infraestructura inteligente y aeroespacial. Esto permitiría colocar a las dos naciones como proveedores globales de productos de cobre más sofisticados.
Actualmente, Chile y Perú representan casi el 40% de la oferta global: Chile con 5.58 millones de toneladas de este año y Perú con 2.5 millones de toneladas.
El acuerdo se firmó a Arequipa durante el contrato minero de perumina, recolectando la minería minera de Perú y Chile para coordinar las políticas de detectabilidad, producción responsable y mejora de las industrias relacionadas con el cobre.
El ministro chileno, Aurora Williams y el ministro de energía y minas de Perú, Jorge Montero, firmaron el mapa del curso y anunció la creación de grupos de trabajo técnicos de dosis permanentes para alinear las inversiones, la tecnología de equidad y el desempeño de la transacción transaccional y el desempeño de la tecnología y la ejecución de la agenda metalúrgica.
Los empleados de Perú presentaron el proyecto como una oportunidad para beneficiarse del desarrollo de la movilidad eléctrica y la transición a la energía renovable, los procesos para los cuales el cobre es un recurso crítico.
Además de crear trabajos especializados, enfatizaron la necesidad de “cerrar el ciclo de producción” vendiendo productos de mayor valor para terminar con clientes como la NASA.
En Chile, el énfasis se complementó con Perú, la detección y la posibilidad de consolidar la minería responsable que satisface la demanda global, al tiempo que atrae inversiones que respetan los estándares ambientales y comunitarios.
“Estamos compartiendo una historia, geología y objetivos comunes, lo que significa que no estamos compitiendo, pero nos estamos completando en un mercado donde la demanda predicha muestra que las personas necesitan países como productores responsables”, dijo Williams.
“Nuestros minerales son detectables. Podemos responsabilizarnos por las huellas digitales de agua y carbono y también compartimos valores centrales para promover la minería en un mundo donde tenemos la oportunidad de ser los protagonistas y socios”.
Montero subrayó los beneficios de ambos países para abordar el desafío. “Imagine que el poder: dos naciones con la costa del Pacífico Sur, los principales productores de cobre del mundo podrían garantizar el 51% de la oferta mundial en 15 años.
Si se logran los objetivos, la alianza podría expandir significativamente las exportaciones de productos de cobre, aumentar los ingresos del gobierno e impulsar las cadenas de suministro locales, al tiempo que coloca la asociación de Chile como un proveedor clave para las tecnologías críticas requeridas.