¿Estoy resfriado? ¿será COVID-19 o Influenza?

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Luego de casi dos años de pandemia por COVID-19, como parte de nuestra rutina hemos aprendido a estar más atentos a ciertos síntomas (como dolor de cabeza, tos, congestión nasal, malestar general, entre otros), lo anterior por el temor de habernos contagiado con el virus SARS-CoV-2.

Además, en este período aprendimos algunas medidas que nos han ayudado a frenar la transmisión del virus, sumado a que el porcentaje de vacunación ha ido en aumento, logrando que poco a poco regresemos a nuestras actividades habituales. 

A pesar de que ciertas medidas de como el uso de mascarillas nos ayudan a prevenir otras infecciones respiratorias como la del virus de la Influenza, es probable que conforme vayamos regresando a nuestras actividades, otras infecciones respiratorias vayan reapareciendo luego de que hayan estado “escondidas” en estos dos años de pandemia.

Para esta situación, tenemos herramientas disponibles para disminuir el riesgo de complicaciones e incluso reducir la transmisión: ya que estas infecciones (COVID-19, Influenza u otros virus respiratorios como el virus sincitial respiratorio) pueden tener síntomas similares, lo primero que debemos tener en cuenta es la vacunación para COVID-19 y para Influenza.

Esta vacunación ayudará a evitar que tengamos complicaciones (especialmente en personas vulnerables como personas con diabetes, sobrepeso/obesidad, adultos mayores) y ayudan a disminuir el contagio en espacios como la escuela, el trabajo y el comercio. 

La segunda herramienta disponible son las pruebas rápidas y las pruebas moleculares en el punto de atención que nos permiten identificar (con un resultado positivo) si alguien está infectado y tiene mayores probabilidades de transmitir la infección. El Dr. Óscar Guerra, Director Médico de Diagnósticos Rápidos en Abbott indica que “conocer si tenemos la infección que produce la COVID-19 o el virus de la Influenza nos permitirá tomar decisiones para aislarnos, evitando más casos en nuestra casa y entre nuestros contactos cercanos, además de poder hacer un mejor monitoreo de nuestra enfermedad”.

Cabe resaltar que, para continuar rompiendo la cadena de contagios, así como existen pruebas de antígeno y moleculares en punto de atención para detección de COVID-19, también las hay para detección de influenza, haciendo posible que se evalúe si se es portador del virus de la influenza o de COVID.

Al respecto, el Dr. César Ugarte, epidemiólogo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, explica que “la gran ventaja de tener acceso a estos tests es que es posible saber si un individuo sintomático respiratorio tiene COVID-19 y/o Influenza. Los síntomas que comparten estas infecciones respiratorias son fiebre, escalofríos, tos, falta de aire o dificultad para respirar, cansancio, dolor de garganta, congestión o secreción nasal, dolor muscular, malestar general, dolor de cabeza, vómitos, diarrea, pérdida del gusto o del olfato. Si la prueba sale positiva podemos aislar a la persona, testear a los contactos cercanos y cortar la cadena de transmisión. La identificación temprana permite un mejor monitoreo de la enfermedad y un manejo óptimo”.

Entonces ¿por qué deberíamos estar atentos tanto al virus de la influenza como al de COVID-19? Recordemos que al estar las infecciones de Influenza en sus tasas más bajas debido a la pandemia del COVID-19, es probable que aumenten los casos conforme se van tomando más libertades por el aumento de vacunación y la disminución de casos de COVID-19, por lo que, la identificación temprana permitirá la interrupción de la transmisión de ambas infecciones en nuestras comunidades.

El uso de las pruebas rápidas de antígeno y moleculares en el punto de atención en poblaciones ya vacunadas, ha mostrado que permite tener acceso a actividades como asistencia a colegios, al trabajo y comercios con mayor seguridad, la cual siempre debe incluir una ventilación adecuada y el uso de mascarillas. 

Como vemos, estas dos herramientas (vacunación y pruebas rápidas de antígeno y moleculares en punto de atención), en combinación con las medidas de prevención como la ventilación, lavado frecuente de manos y las mascarillas, nos permitirán darnos la información y, en consecuencia, la tranquilidad para realizar las actividades sin ponernos en riesgo nosotros y a nuestros seres queridos.  Esto nos permitirá, poco a poco y a paso seguro, ir regresando a nuestras actividades con normalidad.