El enfoque por competencias en la formación universitaria

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Dr. Manuel Pérez Azahuanche (Universidad César Vallejo)

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), alineado con lo que establece las Naciones Unidas; señala en 2018, que las personas podrían vivir mejor si participan de un proceso educativo de calidad y sostenible en el tiempo. Destaca que en los últimos años en Perú se han producido avances muy importantes en el acceso a la educación, incrementando las tasas de escolaridad en los casos de niñas y mujeres; sin embargo, reconoce que todavía hay mucho por hacer, que es necesario redoblar esfuerzos a pesar del incremento alcanzado en el nivel mínimo de alfabetización. Considera que se puede conseguir mayores avances y que la educación constituye la clave para lograr el desarrollo socioeconómico de un país. El objetivo 4 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, subraya que se debe Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos, en tal sentido, el sistema educativo peruano en los últimos años, ha optado por incidir con mayor intensidad en la formación integral de los estudiantes a través del enfoque por competencias; enfoque de origen europeo y de aplicación gradual en el Perú desde hace más de dos décadas, que hoy aplica a los niveles básico regular, superior no universitaria y superior universitaria. Consecuentemente, las universidades han modificado sus formas de enseñar y de aprender, ajustando coherentemente sus métodos a las actuales instancias y proyectándolos como un proceso holístico que pretende formar personas competentes que alcancen el éxito personal y profesional.

Sergio Tobón manifiesta que ser competente implica una actuación basada en estrategias metacognitivas con un desempeño de la persona en todas sus fases; ser competente es saber armonizar aspectos intelectuales, humanos, sociales y profesionales; que se integran para relacionarse y convivir con los demás. Un profesional competente conoce, procede y actúa adecuadamente, y responde a un determinado perfil de egreso declarado y sustentado con criterios de calidad. Para tal fin, las universidades vienen desarrollando procesos continuos y participativos conducentes al desarrollo armónico de todas las dimensiones del ser humano; entre ellos la ética, la comunicación, la afectividad, la espiritualidad, la socialización, el pensamiento crítico, la responsabilidad social, etc. También gestionan adecuadamente sus programas de estudio actuando especialmente sobre las dos partes primordiales del proceso de formación integral: los docentes y los estudiantes; con los docentes gestiona la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación; y con los estudiantes asegura un adecuado perfil de ingreso, implementan mecanismos de nivelación de competencias al inicio y durante el proceso formativo, e implementan actividades extracurriculares diseñadas estratégicamente y en correspondencia.

El modelo educativo por competencia, que de manera muy acertada se viene aplicando,relaciona íntimamente el desarrollo socioeconómico y los requerimientos del mundo productivo con los propósitos de los programas académicos; establece un mayor vínculo entre lo que se necesita y lo que se forma, especializa o perfecciona en las universidades a fin de integrarlos coherentemente. El modelo tiene además un objetivo mayor, formar profesionales íntegros, reflexivos y críticos, con sentido ético y responsables socialmente.