Además de entrenadores y fisioterapeutas en el banquillo junto al entrenador Thomas Tuchel, el personal de Inglaterra también incluye analistas, científicos de datos y un equipo interno de desarrollo de software.
Utilizan diferentes herramientas de inteligencia artificial (algunas compradas a empresas de tecnología externas y otras construidas dentro de la federación) para analizar datos, encontrar información interesante y crear presentaciones utilizadas en reuniones para permitir a los entrenadores y jugadores comprender información compleja.
La idea es que los jugadores ingleses puedan tomar mejores decisiones en el campo, incluida la forma de afrontar los penaltis.
Rhys Long, director de análisis y análisis de rendimiento de la FA desde 2016, explica: “La IA puede revelar ciertas tendencias de penalización de los jugadores rivales en las que quizás no hubiéramos pensado”.
“Cuando llegamos al Mundial tenemos información sobre 47 equipos para analizar: ¿dónde han estado cada penalti para cada jugador de cada equipo desde que tenían 16 años?
“Solíamos tardar cinco días en recopilar la información sobre los penaltis de un equipo. Usando IA, ahora eso se reduce a unas cinco horas. Luego se convierte en una conversación de cinco minutos con nuestro portero, de los cuales cinco segundos, con suerte, salvarán el penal”.
En teoría, la información del penalti pegada en la botella de agua del portero Jordan Pickford es más precisa y detallada que nunca.
Los resultados hasta ahora son sólidos.
El historial de penales de Inglaterra ha mejorado significativamente desde la llegada de Long, y el uso de la IA por parte de los analistas se ha utilizado para reducir la presión mental sobre los jugadores ingleses a la hora de elegir dónde lanzar sus penales.








