Cuando Salah se mudó por primera vez a Inglaterra, firmado por el Chelsea de José Mourinho después de impresionar en Basilea, Suiza, luchó por expresar su identidad en un equipo lleno de estrellas establecidas y le faltaba confianza.
“Cuando lo conocí, tenía 21 años; era muy ingenuo”, dijo su ex compañero de equipo Mark Schwarzer. “Él venía a Londres –una gran ciudad, una cultura diferente– y creo que se sintió un poco intimidado.
“Cuando fichó, entró en un vestuario lleno de estrellas internacionales: jugadores acostumbrados a ganar y un entrenador que era una leyenda en el club. Para los nuevos jugadores, es una cuestión decisiva.
“Cuanto más no anotaba, más frustrado se sentía. Hubo un momento en el vestuario en el que José pateó una mesa y concentró gran parte de su frustración en Mo, y luego se lo quitó. Mo estaba obviamente frustrado.
“Es todo un mérito para él, su determinación, su dedicación y todo lo que le permitió seguir adelante y lograr lo que hizo”.
Salah reconstruyó su carrera en la Serie A de Italia, primero cedido con la Fiorentina y luego con la Roma, ganándose una reputación como líder en el campo y profesional por excelencia.
“Es simplemente diferente”, explica el comentarista de la BBC y ex defensa de Inglaterra y del Manchester City Micah Richards, que jugó junto a Salah en la Fiorentina. “Ves personajes que hacen las cosas según las reglas: él es ese tipo.
“Siempre se acostaba temprano, siempre comía sano. Pensaba claramente: ‘Voy a mostrarles a todos lo que puedo hacer. Todos los que duden de mí se comerán sus palabras’. Eso es lo que hizo.”
Para un joven africano, establecer estándares a seguir por sus colegas europeos fue un desafío en sí mismo.
“Para tener éxito en Europa tienes que entender la cultura del lugar donde juegas, donde vives, sin perder ninguno de tus principios”, dijo Mido, un exdelantero egipcio que jugó para equipos como el Tottenham Hotspur, la Roma y el Ajax. “Ese es el equilibrio que ha logrado.
“Hizo soñar a los jóvenes de África: ‘Si alguien de mi origen puede llegar a la cima, ¿por qué yo no puedo hacerlo?'”







