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En un incidente reciente en un juego de alto riesgo contra los Buffalo Bills, el mariscal de campo de los Ravens, Lamar Jackson, estaba en el centro de atención por razones inesperadas. Después del pase de touchdown atrapado por el receptor DeAndre Hopkins en el tercer cuarto, un fanático demasiado entusiasta se apoyó contra la barandilla e hizo contacto con Jackson y Hopkins, empujándolo al casco.
En el momento de la reacción, Jackson revocó a los fanáticos, un movimiento que llamó la atención de las personas y sus despertar la disculpa del mariscal de campo. En una conferencia de prensa el miércoles, lamentó la disputa, y señaló: “Pido disculpas a eso (una persona), quien sea, no sé quién es. Vamos a relajarnos la próxima vez. Puedes hablar sobre basura y esas cosas, pero por favor sostenga tu mano. Eso es lo que puedo decir”. Jackson reveló que el incidente lo sorprendió cuando no estaba completamente al tanto de su entorno.
Si bien aún no hay indicios, Jackson mencionó que ha discutido el asunto con el gerente general de los Ravens, Eric Decosta. Vale la pena señalar que Decosta se ha puesto en contacto con los funcionarios de la Alianza para resolver el incidente, aunque los detalles de estas conversaciones no se han hecho públicos.
A partir de entonces, los fanáticos enfrentarán impactos. Ha sido expulsado del Highmark Stadium indefinidamente, así como todos los estadios asociados con la liga. Esta acción subraya la creciente preocupación por el comportamiento de los fanáticos y la seguridad de los atletas en entornos deportivos profesionales. La respuesta de Jackson ilustra el equilibrio entre la responsabilidad y la necesidad de los fanáticos de respetar incluso la necesidad de participar en un momento competitivo.