Moore aún no ha pensado dónde estará su trabajo después de los juegos.
Bromeó diciendo que si hubiera comenzado el curso de directores antes – “dos años, tan exigentes como cualquier educación” – habría estado a cargo de sus propias negociaciones contractuales cuando se unió a Wrexham este verano.
Moore es uno de los 13 jugadores fichados en el verano y, aunque un cuarto ascenso consecutivo puede ser mucho pedir, la ambición del club es clara.
“El cielo es el límite. Sólo hay que mirar lo que ha sucedido en los últimos años, los stands que están construyendo y la infraestructura que se ha implementado”, dijo.
“Este club definitivamente está destinado a estar en la Premier League. Cuando un club sale de la Primera División y gasta £30 millones, demuestra la intención de lo que quiere lograr”.
Moore parece encajar perfectamente en el equipo de Phil Parkinson, con cinco goles en 10 partidos hasta ahora, ayudando a llenar el vacío dejado por la salida del favorito de los fanáticos Paul Mullin, quien anteriormente había sido un delantero clave en Wrexham antes de mudarse a Wigan.
Moore ha tenido un comienzo inspirador en su vida en el norte de Gales mientras intentaba ignorar el documental de su rutina diaria en Wrexham, desde el campo de entrenamiento hasta el vestuario.
“La atención que recibe el club supone una presión extra, pero siempre me ha gustado asumir esta responsabilidad y lo considero un gran honor”, afirmó.
“Los muchachos que hemos traído son geniales. Nos tomará algo de tiempo alcanzar nuestro ritmo, pero cuando todo se junte, escalaremos en la tabla”.












