- Nuevas rutas del Golfo prometen libertad pero revelan nuevos riesgos en regiones inestables
- El Mar Negro se ha convertido en la próxima frontera en la lucha por la soberanía digital de Europa
- El miedo al sabotaje del cable ha convertido la infraestructura de telecomunicaciones en un problema de seguridad nacional
Un nuevo proyecto de cable submarino conectará Bulgaria, Georgia, Turquía y Ucrania sin cruzar aguas rusas.
La nueva ruta Kardesa, cuya construcción se espera que comience en 2027, establecerá un nuevo corredor digital entre Europa y Asia, evitando las debilidades políticas y físicas del sistema existente.
Actualmente, el mapa de cables submarinos muestra que sólo un cable cruza el Mar Negro entre Georgia y Bulgaria, mientras que otros conectan estados cercanos pero todavía tocan rutas dominadas por Moscú.
Seguridad bajo las olas
Por lo tanto, la línea CARDESA podría cambiar el enrutamiento regional de Internet al proporcionar enlaces más directos e independientes, en un momento en que la seguridad de las transferencias globales de datos es incierta.
Los acontecimientos recientes en el Mar Rojo han revelado cuán frágiles pueden ser las redes submarinas, después de que varios cables entre Europa, Asia y Medio Oriente se interrumpieran y el tráfico global se desacelerara.
La idea detrás de CARDESA, y otros proyectos como el cable global de 50.000 kilómetros planeado por Meta, es garantizar que cuando un camino falla o es saboteado, el otro pueda mantener el servicio.
Algunos lo llaman “diversidad de raíz” y rápidamente se está convirtiendo en una prioridad estratégica más que técnica.
Los países ahora están invirtiendo en sistemas que puedan detectar o prevenir sabotajes. La alemana AP Sensing ha desarrollado un equipo de monitoreo basado en sonar para detectar interferencias.
Para mayor seguridad, la OTAN ha comenzado a utilizar drones para patrullar rutas marítimas que albergan infraestructura crítica.
Aún así, la afirmación de que pasar por alto a Rusia automáticamente hace que Internet sea más segura invita al escepticismo.
Los cambios de ruta pueden evitar un punto geopolítico crítico pero exponer otros. Ucrania, por donde pasará el tramo del cable Kardesa, sigue siendo una zona de incertidumbre.
Planificar pasar cables sólo a través de áreas seguras reconocidas internacionalmente puede limitar el riesgo, pero no eliminarlo por completo.
Del mismo modo, evitar Rusia no protege contra intrusiones cibernéticas o interferencias remotas con la infraestructura de señalización.
Al igual que las herramientas de privacidad digital, como las mejores VPN o enrutadores seguros, las protecciones físicas ofrecen solo una parte de una solución compleja.
Si esta nueva conexión tiene éxito, podría marcar un cambio en la forma en que Europa y sus socios ven la libertad en línea.
a través de Hardware de Tom
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