Cuando llega el ransomware, el instinto es volver a poner los sistemas en línea lo más rápido posible. Pero si el ataque se produce en su infraestructura de Active Directory, debe proceder con precaución.
Entrar rápidamente en modo de recuperación sin una visibilidad completa del impacto puede reintroducir malware, restaurar configuraciones comprometidas o causar más daño que el ataque inicial.
Ingeniero jefe en Cayosoft.
Active Directory (AD) es la base del 90% de los entornos empresariales de gran tamaño en todo el mundo. Controla la identidad, hace cumplir los permisos y actúa como guardián del acceso.
Si se ve comprometido, esto pone un poderoso recurso de operaciones comerciales en manos de los atacantes, quienes pueden desactivar los controles de seguridad, aumentar los privilegios y aumentar su punto de apoyo de intimidación en toda la organización.
Recientemente, vimos evidencia de la escala de la amenaza a AD con el ataque masivo de día cero lanzado contra Microsoft SharePoint.
Los piratas informáticos están utilizando un error crítico en SharePoint para ingresar a servidores, robar claves de seguridad e instalar puertas traseras ocultas, lo que genera una solución urgente por parte de Microsoft.
Esto no es sólo un problema de SharePoint. Se trata de una amenaza a la identidad disfrazada, ya que los atacantes con acceso básico al sitio pueden ejecutar código de forma remota. Ningún usuario hace clic. Sin derechos avanzados. Simplemente directo al servidor.
¿Y a partir de ahí? Si SharePoint se integra con AD o Entra ID (como suele ser el caso), la ejecución remota de código (RCE) se convierte en un punto fundamental para la interrupción de la infraestructura.
Aquí hay una guía que su organización debe seguir si el ransomware compromete sus controladores de dominio.
Retención primero, reacción después
El control es la primera y principal prioridad. Antes de intentar recuperarse, la forma más rápida de detener daños adicionales es cortar según el contacto de los atacantes.
Esto significa bloqueos inmediatos a nivel de red para restringir la propagación interna y el movimiento lateral, mientras se bloquea todo el tráfico saliente para detener la comunicación con los servidores de comando y control.
Lo siguiente en la lista de prioridades es pausar la replicación entre sitios y luego desactivar la automatización que puede propagar cambios maliciosos.
La contención no es una medida pasiva, es un proceso activo para detener daños mayores y ganar el tiempo necesario para evaluar a qué se accedió, qué se cambió y hasta dónde había llegado el ataque.
Restaurar demasiado rápido, especialmente a partir de copias de seguridad que no han sido verificadas, puede reintroducir las mismas vulnerabilidades que los atacantes explotaron en primer lugar.
Ese tiempo marcará la diferencia más adelante si compras ahora.
Investigar el impacto real
Los operadores de ransomware rara vez derriban la puerta. Entran con credenciales válidas. El phishing, la pulverización de contraseñas y los tokens robados son puntos de entrada comunes.
A partir de ahí, buscan formas de escalar privilegios utilizando cuentas de servicio débiles, rutas de confianza heredadas o permisos mal configurados.
Cuando explotó el ransomware, ya habían desactivado el registro, cambiado la política de grupo y colocado una puerta trasera en Active Directory.
Aquí es donde la claridad es importante. No adivines qué ha cambiado. En un entorno AD, los atacantes pueden:
- Crear o modificar cuentas privilegiadas
- Cambiar la política de grupo para debilitar las defensas
- Cambiar el comportamiento de los replicadores para ocultar su actividad.
- Deshabilitar el registro o la configuración de seguridad
Utilice herramientas forenses específicas de AD para detectar cambios con precisión. Investiga qué se creó, cambió o eliminó. Si no está seguro de cuán profundo es el compromiso, asuma que es más profundo de lo que cree.
Reconstruir la confianza, no sólo los sistemas
Si Active Directory se reconstruye utilizando copias de seguridad comprometidas o sin verificar el servicio original, el entorno sigue siendo inestable y vulnerable.
El mejor enfoque es tener ya un entorno de recuperación aislado en espera, listo para funcionar en estos momentos.
Recuperación instantánea de Active Directory. Sin embargo, si no es algo que ya tienes, te enfrentarás a un entorno aislado del que tendrás que recuperarte.
Se requieren pruebas exhaustivas para verificar las copias de seguridad antes del ataque. Verifique la integridad del esquema, garantice una replicación saludable y la coherencia de las políticas antes de restaurar la conectividad.
Restaurar Active Directory no es sólo un hito técnico, es un restablecimiento de la confianza. Si los usuarios y los sistemas no pueden confiar en AD para una autenticación segura, las operaciones comerciales seguirán viéndose interrumpidas independientemente de la rapidez con la que los servicios vuelvan a estar en línea.
Para reducir la complejidad y el riesgo, muchas organizaciones confían en soluciones integradas para una recuperación instantánea y limpia del bosque de AD, como las que ofrecen proveedores como Cayosoft.
Estas herramientas están diseñadas para eliminar conjeturas, hacer cumplir las mejores prácticas y acelerar la reintegración segura. El objetivo no es la velocidad en sí misma, sino la confianza de que lo que está recuperando es limpio, estable y confiable.
Duro hasta la médula
Un incidente de ransomware debería provocar una revisión completa de la postura de AD. La prevención sólo es eficaz si se protege adecuadamente el medio ambiente.
Aquí hay formas de reducir su riesgo:
- Aplicar privilegios mínimos: nadie obtiene más acceso del que necesita. Ni usuarios, ni servicios, ni siquiera administradores.
- Limpiar cuentas antiguas: deshabilitar o eliminar usuarios y máquinas inactivas. Rotar las credenciales de la cuenta de servicio.
- Audite sus grupos: revise las membresías con altos privilegios y bloquee el acceso innecesario.
- Utilice una estructura de administración por niveles: separe las tareas rutinarias de los cambios de alto riesgo.
- Habilite la autenticación multifactor (MFA) (en todos los ámbitos, especialmente para cualquiera que toque la infraestructura de identidad).
Paralelamente, mejore la visibilidad, como estándar: el registro de eventos rara vez es suficiente. Busque herramientas que detecten escaladas sutiles de privilegios, replicaciones no autorizadas y patrones de inicio de sesión inusuales en tiempo real.
Las copias de seguridad fuera de línea de los controladores de dominio deben mantenerse y probarse periódicamente. En plena armonía son la última línea de defensa.
Practica la recuperación que prometiste
Hay un momento en cada evento en el que alguien dice: “Tenemos un plan, ¿no?”
Y a menudo la respuesta es: “Eso pensábamos”. A menudo, las organizaciones asumen que la recuperación funcionará, sólo para descubrir que los procesos fallan bajo estrés. Es imperativo que todas las copias de seguridad sean inmutables, estén cifradas y se sometan a validación y análisis de malware diarios.
Asegúrese de realizar pruebas de recuperación periódicas, simular reconstrucciones de controladores de dominio, verificar que las copias de seguridad no solo estén completas sino también recuperables y capacitar a los equipos para ejecutar el proceso con limitaciones de tiempo.
La recuperación debe realizarse en un entorno limpio y aislado para evitar la reinfección o la reintroducción de datos de estado del sistema comprometidos. Y, lo que es más importante, cada paso de recuperación debe documentarse, ser verificable y repetible.
Cuando se trata de EA, la recuperación no puede ser sólo un ejercicio técnico. Debe ser un esfuerzo coordinado que exija un liderazgo claro, alineación interfuncional y disciplina.
Hacer de la confianza cero una cultura, no sólo una estructura
Cuando se completa la recuperación, el trabajo pasa a crear un entorno más resiliente.
Confíe cero en la línea de base y respete sus principios, es decir, verificación continua de identidad, acceso limitado de forma predeterminada y monitoreo que no se detenga en el perímetro.
También es necesario empezar a cuestionar suposiciones arraigadas sobre quién y qué debería tener acceso a los sistemas críticos.
Puede respaldar estos esfuerzos con el equipo rojo, que es un ataque simulado para exponer puntos ciegos en sus políticas y herramientas.
Estas prácticas a menudo revelan cambios de configuración, excepciones de MFA o cuentas heredadas que de otro modo pasarían desapercibidas.
Un plan de recuperación que no ha sido probado es un pasivo. Un modelo de confianza cero que no haya sido cuestionado todavía no es realista.
La recuperación comienza antes del ataque.
El ransomware es una prueba de estrés para sus operaciones, su liderazgo y la capacidad de su organización para seguir siendo eficaz bajo fuego. Cuando AD disminuye, también lo hace su capacidad para coordinar, comunicar y controlar el acceso.
La recuperación efectiva comienza mucho antes del ataque. Comienza con saber dónde están tus puntos débiles, mantener tu entorno ágil y visible y practicar tus reacciones en situaciones controladas. Comienza con tener un plan.
Los equipos más resilientes capturan rápidamente, investigan a fondo, se recuperan con precisión y evolucionan continuamente. El ransomware no determinará su futuro. Este puede ser el catalizador para desarrollar una mayor resiliencia y recuperar el control.
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